viernes, 8 de junio de 2012

Sin tu voz caeré

Cuántas veces sentí que tenía que sacarme el disfraz de dura y desinteresada. Cuántas veces me perdí de tantas cosas, y por sobre todo, cuántas veces perdí la oportunidad de hacer las cosas por mi. Para mí.
Juro que por momentos siento que hacer las cosas bien no sirve, que no hay buenos resultados por hacer las cosas bien. Sólo tenes que tener buena suerte y rogar que el viento sople a favor.
Hace un tiempo se me presentó la chance de jugármela por algo que valía la pena, y que no era solamente mi visión nublada, cierta gente que estuvo al tanto, desde lo que yo le contaba, lo más objetivamente posible, les parecía que estaba bueno. Por la situación y sobre todo por mí. 
Y ahora estoy acá viendo si bajo los brazos por primera vez, viendo si hice algo mal y no lo vi.
Sinceramente tenía ganas de saber como iban a ser las cosas, pero que ambos viéramos que pasaba, y me quede mirando un punto fijo y sola. Ya no puedo ni mirarte a los ojos y eso me duele más que nada.
De más está decir, que esta que viste soy yo, sin disfraz y sin la capa de valiente, pero que cuando me agarrabas la mano, sentía que el camino interminable a casa era la tortura más linda que podía tener.




Esos besos que me diste no se olvidan,
hayquetenermalamemoria.